Valido

Autor: José Antonio Botías Pérez

Grado: Grado en Ciencias políticas y función pública

Etiquetas: Favorito, privado.

Origen etimológico

El término “valido” tiene sus raíces en el latín, derivando de *validus*, que significa “fuerte”, “robusto” o “poderoso”. Este adjetivo, a su vez, proviene del verbo “valere”, que significa “ser fuerte”, “tener valor” o “estar sano”.

En un contexto histórico-político, específicamente en la España de los siglos XVI y XVII, el término “valido” adoptó un sentido particular, designando a una figura de la corte que gozaba de la plena confianza del monarca, ejerciendo un poder notable y actuando frecuentemente como un primer ministro “de facto”.

La evolución semántica de “validus” a “valido” refleja cómo una persona “fuerte” o “poderosa” llegó a ser considerada como una figura de confianza y autoridad cercana al rey. Esta transformación léxica está intrínsecamente ligada a los cambios en las estructuras de poder de las monarquías europeas de la Edad Moderna.

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Concepto

La figura del “valido” en la historia española constituye un fenómeno político clave para comprender el funcionamiento del poder en la monarquía hispánica de los siglos XVI y XVII. El “valido” fue un personaje destacado en la corte española, especialmente durante el Siglo de Oro, actuando como intermediario entre el monarca y los asuntos de Estado, y asumiendo un rol crucial en la administración del imperio español.

Como señala Don Francisco Tomás y Valiente en su obra “Los validos en la monarquía española del siglo XVII”, la figura del valido se caracterizaba por ciertos rasgos que definían su papel único en la corte. Su influencia emanaba de la confianza irrestricta otorgada por el monarca, una confianza tan sólida que le permitía actuar con un poder prácticamente ilimitado, aunque sin un cargo formalmente instituido en la estructura gubernamental. Este poder informal le confería autoridad para tomar decisiones fundamentales, hasta convertirse en un primer ministro “de facto”.

Normalmente, el valido pertenecía a la alta nobleza, lo cual le proporcionaba un considerable prestigio social y una red de conexiones valiosas en la corte. Sin embargo, su posición era precaria, dependiendo exclusivamente del favor real; de este modo, un valido podía mantener su posición durante largos años o caer en desgracia de forma abrupta, perdiendo en un instante el favor y los privilegios obtenidos. A lo largo de la historia, algunos validos destacaron por la magnitud de su influencia y su cercanía con el poder real. Entre ellos, cabe mencionar al Duque de Lerma (Francisco Gómez de Sandoval y Rojas), quien fue la mano derecha de Felipe III entre 1598 y 1618, gestionando la corte y el reino con una notable autoridad. Asimismo, el Conde-Duque de Olivares (Gaspar de Guzmán), es otro ejemplo destacado, quien ostentó una influencia similar durante el reinado de Felipe IV, entre 1621 y 1643.  Ambos personajes dejaron una huella profunda en el gobierno y en los destinos del imperio español, representando figuras clave en el ejercicio del poder desde las sombras.

El sistema de “valimiento” tuvo un impacto profundo en la estructura constitucional de la monarquía española, alterando el equilibrio de poder y el funcionamiento interno de la administración. Al concentrar el poder en torno al rey y su círculo más cercano, el “valimiento” reforzó la centralización en la figura del monarca, desplazando en numerosas ocasiones a las instituciones tradicionales. Los validos, al asumir una cantidad significativa de poder, solían relegar a los Consejos y otros órganos de gobierno, modificando así el equilibrio institucional y debilitando las estructuras tradicionales.

Además, esta concentración de poder no estuvo exenta de conflictos, el ascenso de un valido generaba tensiones y rivalidades con otros nobles y con las Cortes, que se veían apartadas de las decisiones. En un sentido más amplio, el fenómeno del valimiento puede interpretarse como un preludio hacia el absolutismo monárquico, al concentrarse cada vez más el poder en el monarca y sus allegados. Asimismo, el valido asumía con frecuencia la responsabilidad de decisiones impopulares, protegiendo así la imagen del monarca ante la opinión pública.

El sistema de “valimiento” inició su declive hacia finales del siglo XVII, coincidiendo con el final de la dinastía de los Austrias en España. Con la llegada de los Borbones en el siglo XVIII, se adoptó un modelo de gobierno más cercano al absolutismo francés, en el que los ministros formales reemplazaron a los validos.

Referencias normativas

La figura del “valido” en la España de los siglos XVI y XVII presenta una particularidad notable en cuanto a su regulación jurídica. Uno de los aspectos más relevantes es que no existía una normativa formal y explícita que regulara la figura del valido en el ordenamiento de la época. Esto se debe a que el “valimiento” era una institución consuetudinaria, es decir, una práctica de hecho y no de derecho. Sin embargo, se pueden identificar algunas referencias normativas indirectas y contextuales que son clave para comprender el entorno en el que operaba el valido:

  • Las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio (siglo XIII): Aunque redactadas mucho antes del período de los validos, estas leyes establecieron principios sobre el funcionamiento de la corte y los consejeros reales. La Segunda Partida, en particular, trataba sobre la organización de la Casa Real y los oficios palatinos.
  • La Nueva Recopilación de las Leyes de España (1567): Promulgada por Felipe II, esta recopilación contenía disposiciones sobre los Consejos Reales y los oficios de la corte. Aunque no hacía referencia específica a los validos, determinaba el marco legal para el funcionamiento del gobierno de la época.
  • Ordenanzas de los Consejos Reales: Cada Consejo (como los de Castilla, Estado, Hacienda, etc.) contaba con sus propias ordenanzas, que regulaban su operativa. Los validos solían intervenir o modificar estos procedimientos, aunque no se encontraban formalmente investidos para ello.
  • Cédulas y Pragmáticas Reales: Los monarcas emitían estos decretos para otorgar atribuciones específicas a sus validos. Por ejemplo, Felipe III expidió varias cédulas que ampliaban los poderes del Duque de Lerma.
  • Instrucciones de gobierno: Documentos como las “Instrucciones secretas” de Felipe II a sus ministros, aunque no constituían ley, establecían directrices acerca del funcionamiento ideal del gobierno.
  • Testamentos reales: En ciertas ocasiones, los reyes utilizaban sus testamentos para dictar disposiciones sobre el gobierno tras su muerte, incidiendo indirectamente en el papel de los validos.

La ausencia de una regulación formal fue precisamente lo que otorgó a los validos su flexibilidad y poder, pues operaban en un “vacío normativo” y dependían exclusivamente de la confianza del monarca. Esta situación propició debates jurídicos y políticos en torno a la legitimidad y los límites del poder de los validos, reflejados en tratados filosófico-políticos de la época, tales como:

  • El político Don Fernando el Católico* de Baltasar Gracián (1640)
  • Idea de un príncipe político cristiano* de Diego Saavedra Fajardo
    (1640)

Aunque estos textos no constituían leyes, influyeron en el concepto teórico del valido y en los límites de su poder. La falta de normas que regularan la figura del valido fue una de las causas que llevaron a su declive y a la eventual transición hacia un sistema de gobierno más estructurado, que se consolidaría con la llegada de los Borbones en el siglo XVIII.

Fuentes y biliografía

(1807), Las Siete Partidas del Rey Don Alfonso el Sabio. Madrid: Real Academia de la Historia.

(1805), Novísima Recopilación de las Leyes de España. Madrid: Imprenta Real.

Gracián, Baltasar (1640), El político Don Fernando el Católico. Zaragoza: Diego Dormer.

Saavedra Fajardo, Diego (1640) Idea de un príncipe político cristiano representada en cien empresas. Múnich: Nicolao Enric.

Tomás y Valiente, Francisco (1982), Los validos en la monarquía española del siglo XVII, (1982). Madrid: Siglo XXI de España Editores.

Elliot, J.H. (1986). El Conde-Duque de Olivares: el político en una época de decadencia. Barcelona: Editorial Crítica.

Feros, Antonio (2002). El Duque de Lerma: realeza y privanza en la España de Felipe III. Madrid: Marcial Pons Historia.

Benigno, Francesco (1994) La sombra del rey: validos y lucha política en la España del siglo XVII. Madrid: Alianza Editorial

Lynch, John (2007). Los Austrias (1516-1700). Barcelona: Crítica.

Escudero, José Antonio (2004). “Los validos como categoría conceptual y realidad histórica». Anales de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, 34, 19-38.

García García, Bernardo J. (1997) «El valido, los ministros y el gobierno de la Monarquía». Anuario de Historia del Derecho Español, 67, 1029-1050.

Martínez Millán, José (2017). «La transformación del paradigma ‘católico hispano’ en el ‘católico romano’: la monarquía católica de Felipe III». Libros de la Corte, 14, 133-156.

Recursos online:

Biografía del Conde Duque de Olivares (Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia: https://dbe.rah.es/ ). [Consultado el 26 de octubre de 2024].

Biblioteca Digital Hispánica (Biblioteca Nacional de España): http://www.bne.es/es/Catalogos/BibliotecaDigitalHispanica/Inicio/. [Consultado el 26 de octubre de 2024].